El camino trazado por Buda para liberarse del sufrimiento
Este camino es una guía que, según las enseñanzas budistas, conduce a la felicidad. La búsqueda de esta felicidad no es solo a nivel individual sino de forma que beneficie a todo el planeta. Es un proceso de crecimiento interno en el que gradualmente se van cultivando 8 pasos, conceptos o actitudes para una vida más plena y libre de sufrimiento.
¿Quién no quiero sufrir menos y ser más feliz? Es un deseo común y legítimo de toda la humanidad. A continuación detallo los pasos que Buda explicó en sus discursos para conseguir este fin. Como cada vez que hablo de temas relacionados con el budismo lo hago desde el más profundo respeto y aportando mi propia interpretación y ejemplos.
1 . Visión correcta.
Consiste en ver el mundo como realmente es y no como tú lo quieres ver o cómo lo ves según tus condicionantes internos. Sin darnos cuenta, la mayoría de las veces interpretamos las cosas a nuestra manera, según nuestra conveniencia. Sobre un mismo tema puede haber diversas interpretaciones. Es habitual encontrar que varias personas opinen de forma diferente y tengan argumentos a favor y en contra de una misma idea.
No es fácil ver la realidad tal cual es porque todos llevamos un bagaje interior que nos hace ser subjetivos. Por eso se necesita práctica y entrenar la «visión clara». Esto se puede conseguir a través de la observación, la paciencia, la meditación y de adoptar las actitudes que vamos a ir viendo a continuación.
Intención correcta.
La intención correcta hace referencia a nuestros pensamientos y emociones. Para cultivar una intención correcta tenemos que elegir, regar y fomentar las semillas buenas de nuestra mente, que son aquellas que nos producen alegría y amor. Las malas nos conducen a la tristeza, a la ira y al miedo.
Cuando un pensamiento aparezca en tu cabeza, observa si es una semilla buena o mala. Potencia las semillas buenas y gestiona los pensamientos de ira, rabia etc. Hay estrategias para conseguir esto.
Por ejemplo,cuando tengas un pensamiento que te perturbe pregúntate:
¿Qué estoy haciendo ahora? Cuando tomamos conciencia del momento presente, de qué estamos haciendo y pensando, y lo observamos, es más fácil darnos cuenta de los pensamientos dañinos y así dejar de alimentarlos.
¿Estoy seguro de lo que estoy pensando? Muchas veces cuando los observamos detenidamente, somos capaces de entresacar otros matices y formas de ver nuestros pensamientos.
Habla correcta.
Practicar el habla correcta trata de que todo lo que digamos sea «más hermoso que el silencio». Abstenernos, por ejemplo, de mentir, de difamar, de hablar con dureza, de criticar, de ofender, etc.
Al volvernos conscientes tenemos que impedir que lo primero que pase por nuestra cabeza salga por nuestra boca. Tomar consciencia de lo que vamos a decir antes de hacerlo, nos permite decidir por nosotros mismos qué queremos expresar, cómo queremos expresarlo y qué no queremos transmitir. Podemos elegir lo que queremos decir y la manera de expresarlo. Esto será de gran ayuda en nuestras relaciones con otros.
Un ejercicio útil para decidir si queremos expresar lo que se nos ha pasado por la cabeza sería hacernos estas tres preguntas:
– Lo que voy a decir, ¿es verdad? Con esta reflexión previa no contribuiremos a expandir rumores ni ideas de las que no tienes todos los datos.
– Lo que voy a decir, ¿hace daño a alguien? Si solo por el hecho de expresar algo se causará daño directa o indirectamente a otra persona quizá no merece la pena expresarlo.
– Lo que voy a decir, ¿es bueno para mí o para alguien? Si lo que vas a expresar no es algo bueno, quizá no merezca la pena decirlo.
El habla correcta se practica no sólo cuando hablamos con otras personas, sino cuando hablamos con nosotros mismos.
¿Qué te dices a ti mismo sobre ti? ¿Eres amable contigo mismo o te tratas de forma dura?
Muchas veces nos hablamos a nosotros mismos peor de lo que nunca nadie lo ha hecho. Nos convertimos en nuestros mayores detractores y enemigos. Cultivemos el habla amable y compasiva hacia nosotros mismos
Acción correcta
Esto es algo tan sencillo como no hacer cosas que perjudiquen a otros ni a nosotros mismos. En la acción correcta vamos a reflexionar sobre nuestras acciones en el día a día.
Ante algo que vayamos a hacer y nos ocasione dudas podemos plantearnos:
– Lo que voy a hacer, ¿me ayuda? ¿Es en algún sentido una muestra de amor?.
Algo que puede ayudarnos mucho es conocer el concepto Bodhisattva y Bodhicitta.
En el budismo mahayana se da mucha importancia a la amabilidad y la compasión. De estas dos cualidades nace el Bodhicitta, el deseo de «obtener la iluminación para servir de beneficio a todos los seres humanos».
La bodhicitta puede definirse como la unión de la compasión y la sabiduría. De la tradición Mahayana podemos extraer que una actitud que une estas dos cualidades sería:
- Trabajar por el bien de todas las cosas como si fueran propias.
- Compasión ilimitada y espontánea por todos los seres sintientes.
- Dejar de vivir la existencia pensando únicamente en el yo y en el ego, y vivir para ayudar a los demás.
Aquel que obtiene la bodhicitta como motivación principal en todas sus actividades y hechos se llama bodhisattva.Una persona bodhisattva es la que posee una mente compasiva y que trata de beneficiar a todos los seres humanos en la medida de lo posible. Es una especie de guerrero pacífico que decide ayudar a que todos los seres se liberen del sufrimiento.
En resumen, se trata de fortalecer nuestras cualidades internas para que la compasión llegue a ser la base de todas nuestras acciones. Con la compasión somos capaces de darnos cuenta del sufrimiento ajeno, lo comprendemos de manera empática y sentimos el impulso de ayudar a superarlo.
Ejemplo:
- Puedes limpiar la casa enfadado porque no te gusta hacerlo y entonces realizas el trabajo rápido superficial y de mala gana.
- O puedes plantearte que la limpieza de la casa es algo bueno y saludable para ti y para los que conviven contigo y entonces realizarlo con paciencia y amabilidad.
Ser capaz de poner pensamientos y emociones positivas a tus acciones contribuye a realizar acciones correctas.
Modo de vida correcto.
En este sentido el Buda enseñó que la forma de obtener ganancias económicas ha de ser por medios legales, de forma pacífica y sin causar daño o sufrimiento a otros.
Este es un punto en el que seguramente todos estemos de acuerdo, sabemos que no hay que robar ni engañar para conseguir el dinero o bienes que necesitamos. Pero no se trata sólo de no engañar, no hacer daño a otros o no perjudicarles.
Esta noble verdad va un paso más allá y nos indica que deberíamos aportar nuestro granito de arena para mejorar la sociedad. Quizá pienses que en tu trabajo no puedes mejorar ningún aspecto social, pero si lo piensas bien seguro que sí. Hagas lo que hagas en tu vida laboral puedes hacerlo con energía positiva, con alegría y con interés para que todo salga bien.
Esfuerzo correcto.
Este punto del óctuple sendero nos invita a preguntarnos:
¿Qué quieres conseguir en la vida?¿Hacia dónde quieres dirigir tus esfuerzos?
En este sentido Buda nos sugiere que enfoquemos nuestros esfuerzos en ser mejores personas. Nos invita a abandonar estados mentales insanos y a fomentar un estado mental saludable que nos beneficie a nosotros mismos y a los demás.
“Podemos prevenir que surjan estados mentales insanos,
abandonar estados mentales insanos que ya han surgido,
hacer surgir estados mentales sanos no surgidos aún
y mantener y perfeccionar estados mentales sanos ya surgidos”.
Buda
¿Cómo se hace?
Los estados mentales surgen a través de pensamientos que son como semillas. Estas semillas pueden dar como fruto algo hermoso o bien pueden ser «malas hierbas». Cuando cultivas un jardín tratas de sembrar semillas que den buenos frutos y sacas de raíz las que sabes que van a arruinar el jardín. Pues con nuestro cerebro y nuestros pensamientos podemos hacer lo mismo. Cuando surge un pensamiento que nos va a llevar a un estado mental insano, podemos reconocerlo y no alimentarlo, no darle cabida y dejarle marchitar. En cambio, con los pensamientos o semillas que hagan surgir estados mentales santos, debemos recrearnos y alimentarlos para que crezcan y den buenos frutos.
Atención correcta.
Este punto está estrechamente relacionado con mindfulness o “atención plena”.
Se refiere a la práctica de mantener la mente en el instante presente (estar en el ahora, en lo que está ocurriendo en este preciso momento), atenta a los fenómenos mentales conforme vayan afectando al cuerpo y a la mente.
La atención correcta incluye la contemplación del cuerpo, de las sensaciones corporales, de la mente en sí misma, y de las cualidades o fenómenos mentales. Estos son los cuatro fundamentos de atención de los que hablaremos en el próximo tema.
Para practicar la atención correcta debemos ser conscientes de que no sucede nada fuera del presente. El ayer no existe, el pasado no volverá, y el mañana tampoco ya que aún no ha llegado.
Se trata de sentir el cuerpo con los cinco sentidos y dotar a cada de una de nuestras acciones de nuestra presencia plena.
Esta atención correcta no sólo se realiza en el momento específico de meditar sino que podemos extenderla a todas las actividades de nuestro día.
Ya hemos puesto algunos ejemplos pero añadiendo alguno más:
– Si estoy cocinando me centro única y exclusivamente en lo que estoy haciendo.
– Mi plena presencia está atenta a como lavo o corto los ingredientes, como los mezclo y qué condimentos voy a añadir con cuidado, atención y cariño.
– No estoy cocinando y mientras pensando en otros problemas o planificando mentalmente otras actividades.
– Cuando cocino sólo cocino.
– Esa sería la «atención correcta».
Esto no quiere decir que permanentemente tengamos que realizar nuestros quehaceres de esta forma. Se trata de ir eligiendo momentos en los que vamos a realizar la atención correcta a lo largo del día, para aprender a estar más presentes cuando lo necesitemos.
Concentración correcta.
La octava afirmación del noble óctuple sendero podría traducirse como “meditación correcta”.
El hecho de meditar nos va a permitir realizar de forma más fácil los otros 7 aspectos del noble óctuple sendero.
A través de la meditación podremos mostrar una atención correcta, un esfuerzo correcto, un pensamiento correcto, etc. La concentración ayuda a mejorar en todos los demás aspectos de nuestras vidas.
El hecho de meditar con la concentración correcta permitirá que podamos cultivar todo el noble Óctuple en su conjunto