VIVIR EN PILOTO AUTOMÁTICO

“Cuida tus pensamientos porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque formarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino y tu destino será tu vida”. Mahatma Gandhi

Vivir en piloto automático quiere decir que nos dejamos llevar por la rutina y por una inercia en la que hacemos muchas cosas pero sin un auténtico sentido o propósito. A veces resulta muy cómodo vivir de esta manera, no tenemos que preguntarnos nada, ni cambiar o tomar decisiones. Pero la vida en piloto automático suele llevarnos a la desesperanza y a sentimientos de vacío interno.  Muchas veces el causante de este tipo de comportamiento es el estrés y la ansiedad que vivimos de forma permanente. Tomar conciencia de las pequeñas cosas que hacemos en el día a día es una forma de abrir la mente y empezar a salir de nuestra mente y vivir más en el presente.

En este post quiero centrarme en los automatismos más básicos, es decir, aquellos que realizamos día a día sin darnos cuenta y que podemos modificar con solo un poco de atención. Una vez revisados estos comportamientos mecánicos podremos pasar a revisar temas más profundos, con las creencias limitantes, que trataré en el siguiente post.

El piloto automático no siempre es malo, realizar algunas tareas de forma inconsciente puede ser beneficioso. Es un forma de que nuestro cerebro no tenga que estar pendiente de absolutamente todo, es un mecanismo que nos ayuda a realizar ciertas actividades. Lo malo es cuando instalamos esta forma de actuar en todos los aspectos de nuestra vida. En este caso desconectamos el cuerpo de la mente y cada uno va por su lado. Esto se convierte en algo perjudicial para la salud física y mental.

El neuropsicólogo Facundo Manes, autor del libro Ser humanos (Paidós, 2021), comenta en una entrevista ofrecida NIUS, que “Un cerebro atento al presente es un cerebro más feliz y productivo”, también comenta que “la mayor parte del día hacemos cosas que atentan contra nuestro bienestar”. 

Una vida atenta y consciente nos llena de satisfacción, de calma y serenidad. Repasa tus pequeños automatismos del día a día y reconoce que puedes influir sobre ellos. Esto te beneficiará a nivel emocional y serán los primeros pasos para una vida más acorde a tu verdadera naturaleza y a tu propósito vital.

En el ejercicio te propongo revisar poco a poco y con amabilidad hacia tí mismo qué haces a lo largo del día, desde una perspectiva de observador. Es decir, trata de ver lo que haces en piloto automático y observa cómo te sientes. Luego hazlo de manera consciente y trata de percibir la diferencia.

Automatismos a revisar:

  • Mirar el smartphone nada más despertar. Esto es algo que se ha convertido en algo muy común. Dormimos con el teléfono móvil cerca y nada más despertar miramos si tenemos algún mensaje, si hay alguna nueva publicación que capte nuestra atención etc. Trata de despertarte un día y no mirar nada del móvil, hasta que haya transcurrido una hora.
  • Poner la tv o la radio solo para escuchar algo de fondo. Estar al tanto de las noticias y escuchar programas interesantes es algo bueno y necesario para poder vivir en sociedad. Pero muchas veces conectamos estos aparatos solo por no escuchar el silencio. Necesitamos silencio de vez en cuando, es algo reparador. Permitirte espacios de silencio a lo largo del día te ayudará a rebajar el estrés y la ansiedad y permitirá a tu mente descansar de los estímulos externos.
  • Comer sin prestar atención a los alimentos. Tenemos que reconocer que la mayoría de las veces comemos sin degustar. Ingerimos los alimentos con prisa, tenemos hambre pero hay otra tarea esperando y damos más importancia a terminar rápido que a disfrutar de la comida. Prueba a realizar una comida al día con atención plena, es decir oliendo antes de llevarte el alimento a la boca y tocándolo (si es posible). Cuando lo introduzcas en la boca saborealo  y nota su textura. 
  • Consultar el smartphone constantemente a lo largo del día. Se realizó  un estudio  en  la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido) , publicado por la revista Plos One, y los resultados fueron que los participantes revisaban su móvil unas 85 veces al día, con una media de uso de 5 horas diarias. Esto nos hace reflexionar sobre la cantidad de tiempo que podemos llegar a pasar fuera del mundo real. 
  • Tratar de hacer más de una cosa a la vez. Por mucho que lo intentemos no estamos capacitados para hacer dos cosas a la vez y hacerlas bien. Si estamos ejecutando dos tareas una de ellas la haremos en piloto automático. Esto es útil por ejemplo cuando conducimos, podemos manejar el coche en piloto automático y mientras tanto mantener una conversación. Pero si intentas atender una llamada de teléfono y al mismo tiempo redactar un e-mail verás que no es posible, una de las dos cosas no la estarás realizando correctamente. Las tareas o actividades mejor de una en una.
  • Pasar horas viendo series sin darte cuenta del tiempo transcurrido. Esto además puede perjudicar las horas de sueño o descanso, ya que empezamos a ver una serie que nos resulta muy interesante y es difícil detener el televisor. En la actualidad tenemos temporadas completas de series para visualizar del tirón. Revisa el tiempo que dedicas a esta actividad y al menos sé consciente de lo que supone en tu vida.
  • Quejarte de todo por costumbre. Es muy fácil caer en este automatismo, la queja es libre y podemos emitirla siempre que queramos. Obviamente hay veces en que es necesario quejarse. Pero cuando esta actitud se instala en nuestra vida y la convertimos en algo habitual sin un fin concreto de mejor nos hace más infelices, como se concluye en este estudio.
  • Participar en una conversación y no prestar atención a lo que otros dicen. Esto es algo también muy común, de forma automática, podemos estar pensando en lo que vamos a responder o decir a continuación y perdernos gran parte de lo que la otra persona nos dice. Cuando conversamos podemos practicar la atención plena, escuchando atentamente los que nos cuentan y permitiendo que la otra persona termine de expresarse sin interrumpirla.

 

Revisa tus comportamientos automáticos para pasar a una vida con mayor bienestar psicoemocional. 

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