Un oasis de calma mental: espacio o momento en el cual te permites desconectar de las distracciones y preocupaciones cotidianas para cultivar una atención plena y consciente en el presente.
Sabemos que vivimos en un mundo estresante y lleno de estímulos y distracciones. Tanta actividad mental y visual nos hace estar cansados y más irascibles. Y nos perdemos gran parte de la auténtica esencia de la vida: disfrutar del presente de una manera más plena y satisfactoria. Las distracciones nos sacan del aquí y el ahora, nos transportan al pasado, al futuro o a situaciones imaginarias que nada tiene que ver con lo que estamos viviendo en este momento. Vivir constantemente en nuestros pensamientos puede ser fuente de gran frustración e infelicidad. Por eso te invito, con este post, a crear algunos “Oasis de calma mental” a lo largo del día y de la semana. Estos oasis serán como una parada para los sedientos en mitad del desierto. Un lugar donde recobrar fuerzas, refrescarse y poder continuar con la vida y los quehaceres de una manera más equilibrada y saludable.
Este oasis de calma mental, basado en las enseñanzas del mindfulness, sería un espacio o momento en el cual te permites desconectar de las distracciones y preocupaciones cotidianas para cultivar una atención plena y consciente en el presente.
Mi sugerencia es que busques cada día dos o tres momentos “Oasis de calma mental”, que pueden durar entre 5 y 15 minutos. Y que trates de encontrar más tiempo, uno o dos días a la semana para dedicarte al menos una o dos horas. En estos oasis, por su puesto, te recomiendo incluir meditación y ejercicios de atención plena, pero también otras actividades que te gusten y te permitan encontrar calma como:
- Leer un libro que te enseñe algo o que te permita crecer internamente en algún sentido.
- Dibujar o colorear, por ejemplo un mandala.
- Escuchar música tratando de centrarte únicamente en la melodía.
- Salir a caminar sin prisa, de manera consciente y disfrutando del entorno.
- Practicar el autocuidado físico, quizá con algún tratamiento facial o corporal.
- Darte un baño relajante.
- Bailar suavemente.
Otras sugerencias más específicas del mindfulness para estos oasis de calma son:
Espacio Tranquilo: El oasis debería ser un lugar físico o mental donde puedas encontrar tranquilidad. Puede ser una habitación tranquila, un rincón acogedor en tu hogar, un espacio natural como un jardín o un parque, o incluso simplemente un espacio mental donde puedas sentirte a gusto. Por espacio mental me refiero a dedicarte unos minutos a no hacer nada y permanecer atento a la respiración, a las sensaciones corporales o realizar algún otro tipo de ejercicio de atención plena. Si aún no lo tienes, puedes descargar gratuitamente mi ebook: “21 ejercicios informales de mindfulness” para practicar en tus “Oasis de calma mental”
Desconexión Digital: Apaga o pon en modo silencio dispositivos electrónicos que puedan causar distracciones, como teléfonos, tabletas o computadoras. Esto te ayudará a liberarte de notificaciones y mensajes constantes.
Respiración Consciente: Dedica tiempo a practicar la respiración consciente. Siéntate cómodamente y enfoca tu atención en tu respiración, observando cómo entra y sale el aire de tu cuerpo. Esto te ayudará a conectar con el momento presente y a calmar tu mente.
Observación de Sensaciones: Lleva tu atención a las sensaciones físicas y emocionales que estás experimentando en el momento presente. Observa cualquier tensión, incomodidad o relajación que puedas sentir en tu cuerpo y mente sin juzgarlo ni tratar de cambiarlo.
Aceptación y No Juicio: Practica la aceptación de tus pensamientos y emociones tal como son, sin juzgar si son buenos o malos. Permíteles surgir y desvanecerse sin aferrarte a ellos ni intentar rechazarlos.
Tiempo de Silencio: Dedica un tiempo para simplemente estar en silencio, sin la necesidad de hablar o pensar en palabras. El silencio puede ayudar a reducir el ruido mental y promover la calma.
Gratitud: Practica la gratitud al enfocarte en las cosas positivas de tu vida en este momento. Reconoce las bendiciones y alegrías que están presentes en tu vida actualmente.
Mediante la Naturaleza: Si es posible, busca estar en contacto con la naturaleza. Salir a caminar en un parque, sentarte junto a un cuerpo de agua o simplemente observar las plantas y el cielo puede tener un efecto calmante en la mente.
Ejercicios de Atención Plena: Realiza ejercicios específicos de mindfulness, como escuchar atentamente los sonidos a tu alrededor, explorar los sabores de los alimentos con atención plena o llevar a cabo una exploración corporal consciente.
Recuerda que la clave del mindfulness es la práctica constante y la atención plena en el presente. Este oasis de calma mental te brindará un espacio para recargar energías, reducir el estrés y aumentar tu bienestar emocional a lo largo del tiempo.
Sara Merino