Hace tiempo, dos soldados coincidieron en una batalla. Para su desgracia fueron capturados por el enemigo y permanecieron varios años presos en la misma celda. Cada día eran sometidos a todo tipo de maltratos y vejaciones por parte de su carcelero. Su mayor deseo en el mundo era salir de esa cárcel y poder volver a disfrutar de la libertad y de su familia. Afortunadamente, al cabo de un tiempo fueron liberados y cada uno regresó a su hogar. No tuvieron contacto durante varios años, hasta que un día coincidieron. Se alegraron mucho de verse y saber el uno del otro, pues la situación vivida les había unido mucho.
Al cabo de un rato de charla, el soldado A le preguntó al B:
—¿Con qué frecuencia piensas en nuestro cautiverio y en todo lo que nos pasó? Yo lo recuerdo todos los días. Siento ira y rabia, y pienso en nuestro carcelero y en cómo me gustaría vengarme de todo lo que nos hizo.
—La verdad es que hace tiempo que no pienso en ello —contestó el soldado B—. Es algo que está en mi interior, pero no lo saco a menudo, y sobre todo no afecta a mi estado de ánimo actualmente.
—Y ¿cómo has podido olvidar y perdonar? —dijo el soldado A—. Fue una época horrible, espantosa, yo no puedo dejar de pensar en ello.
—Amigo mío, ¡cuánto lo siento! —respondió el soldado B—, porque a pesar del tiempo transcurrido, de haber rehecho tu vida y de tener un presente apacible y lleno de prosperidad, continúas aún en aquella cárcel, prisionero del odio y el rencor.
¿Con qué soldado te identificas más? ¿Con el que creó una cárcel en su mente que no le permitió disfrutar de su vida en libertad? ¿O con el que, a pesar de pasar por la misma experiencia dolorosa, consiguió rehacer su vida sin condicionantes del pasado?
Seguro que alguna vez has tenido una creencia limitante, un bloqueo mental respecto a un asunto o una idea que te ha impedido actuar libremente. Todos, en algún momento hemos estado temporalmente atrapados por nuestros propios pensamientos.
Las creencias limitantes son pensamientos o ideas que una persona tiene acerca de sí misma, de los demás o del mundo, que le impiden alcanzar sus metas o potencial. Estas creencias suelen ser negativas y limitan nuestra capacidad de actuar o de decidir. Se basan en experiencias pasadas, miedos, prejuicios y otros factores que afecta a como percibimos el mundo. Por ejemplo, algunas creencias limitantes comunes son «no soy lo suficientemente bueno», «no merezco tener éxito», «no puedo hacerlo», «no hay suficiente tiempo», “nunca podré cambiar”, entre otras. Estas creencias pueden ser muy poderosas y tener un impacto significativo en la vida de una persona, limitando sus oportunidades, relaciones y logros. Es importante identificar y cuestionar las creencias limitantes para poder superarlas y alcanzar nuestro verdadero potencial.
Una de las formas en que podemos volvernos conscientes de nuestras ideas limitantes y de cómo nos afectan es con la práctica de mindfulness. La atención plena nos invita a volvernos observadores tanto internos como externos. Al observar nuestros pensamientos, nuestras sensaciones y cómo actuamos en base a ellos, podemos identificar qué ideas están actuando como auténticos barrotes mentales.
Por ejemplo, pensar que no eres lo suficientemente bueno para conseguir un trabajo o para obtener un título, puede hacer que ni siquiera te presentes a una entrevista o que no te plantees estudiar. Sin embargo, está demostrado que con una actitud adecuada podemos superar nuestra barreras y al menos, atrevernos a enfrentarnos a estas situaciones. Esto no quiere decir que con cambiar las ideas y pensar que sí que puedes conseguirlo esto vaya a ocurrir de forma mágica. Obviamente para conseguir un empleo o un título académico hay que trabajar y prepararse, pero si al menos te das la oportunidad de hacerlo tendrás más posibilidades de conseguirlo que si simplemente lo descartas porque “no puedes”.
Nuestra mente es la herramienta más poderosa que tenemos, pero a menudo nos encontramos limitados por nuestras propias creencias y pensamientos. Estas limitaciones mentales pueden impedirnos alcanzar nuestros objetivos y sueños, y es importante aprender a superarlas si queremos vivir una vida plena y satisfactoria. En este artículo, exploraremos algunas estrategias que pueden ayudarnos a superar nuestras limitaciones mentales y alcanzar nuestro máximo potencial.
Estas son algunas sugerencias para identificar y superar las ideas que te limitan:
- Identifica tus limitaciones mentales: El primer paso para superar tus limitaciones mentales es identificarlas. ¿Cuáles son las creencias o pensamientos que te impiden avanzar? ¿Tienes miedo de fracasar o de ser juzgado por los demás? ¿Crees que no eres lo suficientemente bueno para alcanzar tus metas? Identifica tus limitaciones mentales y escribe una lista de ellas. Escribe esta lista sin miedo, sin presión y sin juicios. Trata de ser lo más sincero y objetivo posible.
- Cuestiona tus creencias limitantes: Una vez que hayas identificado tus limitaciones mentales, es importante cuestionarlas ¿Son realmente ciertas? ¿Se te ocurre otra manera de enfocarlas? A menudo, nuestras creencias limitantes se basan en experiencias pasadas o en la percepción de los demás, pero no tienen una base sólida en la realidad. Cuestiona tus creencias limitantes y busca formas de rebatirlas y verlas desde otro punto de vista.
- Cambia tu diálogo interno: El diálogo interno que mantenemos con nosotros mismos puede ser muy poderoso y puede influir en nuestra actitud y comportamiento. Si tu diálogo interno está lleno de pensamientos negativos y autocríticos, es importante darse cuenta y tratar de ir cambiando poco a poco estos pensamientos por otros más positivos y compasivos. La compasión es un elemento esencial para tratarnos a nosotros mismos. Hay momentos difíciles, en los que quizá no tengas fuerza para emprender cambios, no pasa nada, ofrécete cariño y consuelo como harías con un amigo cercano.
- Prueba cosas nuevas como diferentes técnicas de meditación. Como comentaba antes, la meditación nos ayuda a profundizar en nuestro autoconocimiento. Cuando nos conocemos realmente, sin filtros y sin creencias que nos limitan podemos ver nuestro potencial, confiar en él y dejarnos guiar por nuestra intuición. A menudo tenemos la intuición totalmente anulada y no le damos la oportunidad de mostrarnos nuestro camino. Sin embargo, cuando la intuición aflora nos volvemos más libres de elegir cómo queremos enfrentarnos a nuestra vida, a nuestros pensamientos, decisiones y objetivos.
En resumen, nuestras limitaciones mentales pueden impedirnos alcanzar nuestro máximo potencial, pero hay estrategias que podemos utilizar para superarlas. Con el tiempo y la práctica, puedes superar tus limitaciones mentales y alcanzar tus metas y sueños más grandes.
En este artículo te he resumido algunas pinceladas sobre cómo creamos nuestra propia cárcel mental y cómo podemos empezar a reconocerla y abrir la puerta. En mi libro “Actitud mindfulness” profundizo sobre este tema y propongo ejercicios de mindfulness y meditación para acompañar tu camino de autoconocimiento y liberación.
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Y recuerda que no meditamos y luego vivimos, sino que vivimos mientras meditamos.
Un abrazo,
Sara Merino