MEDITAR EN EL PARQUE

La naturaleza nos ofrece diversas forma de mostrar atención plena, como por ejemplo atención a los sonidos, a los aromas de plantas y árboles, a la belleza de la vegetación o a la luz que se filtra por las ramas.

Me fascina la naturaleza y llevo ya un tiempo aunando la meditación con excursiones, rutas de senderismo, paseos o simplemente visitando parques y disfrutando de su contemplación.
En los parques de ciudad puede ser un poco más difícil la concentración  ya que hay muchos más ruidos y distracciones que en una paraje totalmente natural. Pero si vives lejos de zonas de naturaleza y quieres practicar al aire libre, un parque urbano puede ser muy buena opción.
Este verano he recorrido diferentes parques realizando meditaciones y paseos conscientes. En Madrid capital contamos con grandes jardines como el parque de «EL Retiro», los Jardines de Sabatini, el parque del Oeste, Madrid Río o los jardines del Templo de Debod.
A continuación os narro como fue una de mis meditaciones en un parque céntrico. Mi propuesta personal era meditar con atención a la respiración y a los sonidos.
Llegué al parque a  primera hora de la mañana y aún así ya había algo de tránsito de personas paseando.
Me coloqué en una zona apartada, me senté en postura meditativa y esto fue lo que ocurrió:

«Me siento y noto el césped un poco húmedo, huele muy bien, a hierba fresca y ese olor me relaja.
Mientras me acomodo en la postura de meditación miro al cielo y observo como la luz del sol se cuela ente las hojas de los árboles creando claroscuros. Observo además que hay diferentes tipos de árboles a mi alrededor, identifico varias palmeras un abeto y algunos castaños de indias. Me fijo en como el tipo de ramas y de hojas es totalmente diferente entre unos y otros. También tengo algunas zonas de matorrales y arbustos cerca. Se nota que están muy bien cuidados.
Ya he adoptado mi postura y entorno los ojos para meditar.
Pasa un perro, escucho sus patas sobre la hierba y su respiración así que abro los ojos se acerca a mí y de forma inconsciente le sonrío. Me doy cuenta de que me he distraído, así que vuelvo a la concentración y a cerrar los ojos.
Pasa un helicóptero por el cielo, muy cerca del parque. Me pregunto dónde va y si habrá ocurrido algo. Me doy cuenta de este pensamiento y vuelvo a mi concentración.
Escucho de fondo pájaros, me doy cuenta de ello, soy consciente de su presencia y de su algarabía, pero no me distraen.
Siento una brisa fresca que hace que mis brazos noten el cambio de temperatura. Debería haberme puesto una chaqueta más gruesa. Otro pensamiento, lo dejo pasar y vuelvo a la concentración.
Escucho las pisadas de alguien caminando cerca, esta vez no abro los ojos ni pierdo la concentración, simplemente escucho.
Creo que una hormiga ha subido por mi pie descalzo, dejo que continúe su camino.
Continúo inhalando y exhalando, concentrada en mi respiración y en los sonidos. Siento que formo parte del parque, que me fundo con los árboles y la hierba. Lo observo todo desde mi consciencia, desde un punto interior de paz y armonía con la naturaleza que me rodea».

Recomendaciones para meditar en un parque de ciudad:
– Aconsejo este tipo de práctica, sólo para personas que ya hayan practicado la meditación en silencio en un lugar cerrado y hayan conseguido avanzar en las técnicas de meditación y concentración. No lo recomiendo para las primeras sesiones que realices, ya que será difícil llegar a la concentración en un entorno con distracciones, si no has practicado antes en un lugar tranquilo.
Elige un parque y un horario en el que pienses que va a haber poco movimiento. Una cosa es dejar pasar las distracciones y otra es que haya tanta actividad que te sea imposible concentrarte lo más mínimo.
– Personalmente prefiero sentarme cerca de un árbol robusto que me transmita confianza y fortaleza. Internamente me enraízo con la postura a la tierra y me elevo hacia el cielo como sus ramas.
– Dependiendo de la época del año, asegúrate de llevar la ropa adecuada para no sentir frío ni calor. Cuando acudo con buena temperatura, me gusta descalzarme y notar el contacto directo de la tierra bajo mis pies.
– Si no quieres sentarte directamente sobre la hierba, puedes llevar una toalla un cojín o una mantita.
–  Te sugiero acudir con mente abierta, dispuesto a vivir la experiencia tanto si te parece agradable, como si te resulta desagradable o neutra. Recuerda que no hay meditación que salga mal, ya que la realizamos sin expectativas.
Beneficios de meditar en el parque:
A parte de los beneficios que ya sabemos que tiene practicar mindfulness y meditación, hay algunos extras que nos llevamos si lo hacemos en un parque:
  • RESPIRAR EN EL PARQUE OXIGENA MEJOR EL ORGANISMO.
  • EL CONTACTO CON LA NATURALEZA NOS RELAJA Y REDUCE EL ESTRÉS.
  • CAMBIAR DE AMBIENTE A UNO NATURAL NOS ESTIMULA Y DESPIERTA NUESTROS SENTIDOS.
  • LA LUZ NATURAL EQUILIBRA NUESTRA MENTE.

¿Te gusta la propuesta? Si tienes alguna experiencia meditando tanto formal como informalmente en los parques de tu ciudad nos encantaría leerla.

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