MEDITAR CON MANDALAS

Seguro que has visto muchas veces estos preciosos dibujos, normalmente con vivos colores y de formas muy variadas y originales. ¿Sabías que también pueden servir como base para la meditación?

En mi búsqueda de las diferentes formas en que podemos acercarnos a la meditación y el mindfulness y comenzar a practicar desde cero, he profundizado en la técnica de creación de mandalas y me gustaría compartir lo que he aprendido. Lo voy a resumir porque considero más importante la práctica que la teoría, pero si te interesa profundizar en el tema, encontrarás mucha información disponible sobre este asunto.

La palabra mandala viene del sánscrito y significa «círculo». En el budismo este círculo representa la evolución del universo respecto a un punto central. Los mandalas comienzan a dibujarse desde el centro y su patrón básico es continuar hacia el exterior con los demás patrones y figuras que lo conforman. Varias culturas milenarias han adoptado el dibujo y diseño de mandalas como parte de su tradición. Por ejemplo:

– Mandalas tibetanos: Son dibujos de arena con una estructura concéntrica, sus elementos siempre están equilibrados y simbolizan unidad y armonía.

– Mandalas hinduistas: Se definen como una representación simbólica del universo y del hombre. En la cultura hindú, el dibujo de mandalas, se interpreta como una meditación que aporta orden y armonía dentro de un mundo compulsivo y caótico.

¿Cómo podemos meditar con los mandalas?

Se trata de hacer lo mismo que en cualquier otra sesión de meditación pero utilizando el sentido de la vista. Es una meditación concentrada en un objeto externo, en este caso el dibujo que hayamos hecho.  Podemos observar las múltiples formas del mandala, calmando nuestro interior y nuestros pensamientos, concentrando nuestra atención en las formas o colores del dibujo.

Esta concentración cumplirá el propósito de neutralizar pensamientos y atenuar la dispersión mental, consiguiendo calma y sosiego.

Además, el proceso en sí de dibujar o colorear un mandala, requiere tal grado de concentración y atención que nos llevará a un estado de conexión directa con nuestro interior.

Existe en la actualidad lo que se llama «Mandalaterapia», en donde los mandalas son utilizados como una forma de llegar al inconsciente y permitir que afloren al exterior emociones y pensamientos muchas veces ignorados.

«Un mandala es una representación del ser inconsciente” Carl Jung

¿Cómo dibujar o colorear un mandala?

Dibujar un mandala desde cero puede ser una tarea algo compleja para quien no esté acostumbrado a utilizar este tipo de técnica. Sin embargo, colorear un mandala ya diseñado está al alcance de todo el mundo y resulta igual de estimulante y creativo. Seleccionar los colores que vas a utilizar y centrarte en colorear cada minúsculo dibujo sin sobrepasar los bordes será una auténtica prueba de paciencia y disciplina.

Recuerda que lo importante no es conseguir una técnica perfecta, sino generar una actitud meditativa mientras lo realizas.

Personalmente, he practicado tanto el colorear mandalas prediseñados como el dibujarlos yo misma y considero que el resultado a nivel de concentración y relax mental, es exactamente el mismo.

Unos consejos:

  • No intentes terminarlo todo en la misma sesión, divide el trabajo en porciones para realizarlo de forma relajada y sin prisa.
  • Si vas a realizar tú el mandala desde cero, utiliza un compás para marcar los círculos.
  • Si nunca has practicado con la creación de patrones de dibujo, busca inspiración en libros de mandalas, vídeos, artículos, etc.
  • Selecciona previamente los colores que quieres utilizar.
  • Adopta una postura cómoda mientras dibujas para no crear tensión en el cuello o alguna otra zona de tu cuerpo.
  • Reserva un rato en que puedas estar tranquilo, para avanzar sin otras distracciones.
  • Haz este proceso con paciencia, sin juicios, con atención plena y con serenidad.

Con el mandala terminado, puedes realizar una práctica en silencio observando atentamente el dibujo, sus formas y sus colores. Puedes notar las sensaciones que te produce, y respirar la sensación de paz y armonía que transmite.

Pasos para meditar con tu mandala

Una vez tengas el mandala terminado, podrás utilizarlo como objeto de meditación.

  • Busca un lugar tranquilo. Puedes permanecer en absoluto silencio o poner música relajante. Coloca tu mandala frente a ti y fija tu mirada en él.
  • Obsérvalo, recórrelo con la mirada desde el centro, fijándote en las sensaciones que te transmite.
  • Reposa tu inconsciente y permite que tus pensamientos fluyan sin aferrarte a ellos.
  • Abre tu mente y déjate llevar por esta experiencia pacífica que es la contemplación de las líneas y colores que conforman el mandala.

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Beneficios de meditar con mandalas

Muchas personas, entre las que me incluyo, consideramos que realizar mandalas nos ayuda a calmar la mente y reducir la ansiedad. Sin embargo, como ocurre con todo en la vida, seguro que no es apto para todo el mundo y habrá a quien le parezca una tarea aburrida o inútil. Es cuestión de probarlo. Yo recurro a este tipo de ejercicio de vez en cuando para cambiar mi rutina de prácticas o para sentir la conexión interna tan profunda que me produce. Me encanta el proceso de cración y también  contemplar los mandalas una vez terminados y reposar mi mirada en ellos.

Por otro lado, con este tipo de dibujos, se trabajan diversas capacidades, que ayudarán sin duda a nuestro estilo de vida mindfulness, aportándonos serenidad y calma.

Veamos algunas de las cualidades que se mejorarán notablemente:

Equilibrio: Los mandalas sirven para equilibrarnos mental y emocionalmente, a través de la armonía de sus formas o colores.

Despliegue de imaginación y creatividad: Este tipo de «arte» te permitirá ser todo lo creativo que quieras, ya sea creando formas o con el uso de colores.

Perseverancia: Es necesaria para terminar totalmente el mandala y no dejarlo a medias.

Disciplina: Cumplir con las normas del dibujo nos permitirá llegar al resultado final.

Paciencia: Entendida aquí como la capacidad de realizar una actividad larga que requiere mucha precisión.

Energía positiva: Será necesaria para una vez terminado un mandala volver a comenzar otro, aún sabiendo el trabajo laborioso que conlleva.

No juicio: Capacidad para no juzgar si el dibujo ha quedado bien o no, si resulta atractivo o no. El objetivo, cuando utilizamos mandalas para meditar,  no es  crear algo bello, sino disfrutar del proceso en sí.

Si piensas que puedo ayudarte de alguna manera a comenzar a meditar y convertirlo en un hábito, no dudes en contactar conmigo.

Estaré encantada de colaborar contigo. Un gran abrazo, Sara.

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