EJERCICIO MINDFULNESS «PARAR EL RETO»

Imagina un día de mucho trabajo. Al llegar a casa aún tienes que preparar la cena, ayudar a tu hijo con los deberes, sacar al perro, poner la lavadora o hacer una llamada para que arreglen el lavavajillas, revisar el whatsapp y contestar mensajes …Qué estrés… Te propongo el ejercicio: “Parar el reto”.

Este ejercicio está inspirado en uno muy similar que se explica en el libro “Atención plena, consciencia plena. ¿Qué sigue después?” de Jaime Antonio Marizán. Yo te lo voy a contar con mis propias palabras y ejemplos
Las tareas por hacer pueden ser interminables y alargarse hasta la hora de ir a la cama. Pueden hacer incluso que retrases el momento de ir a dormir, perjudicando tu descanso. 
El ejercicio de “Parar el reto” consiste en poner una hora tope para atender cosas y a partir de ahí hacer algo que guste o simplemente descansar. 
Tú decides la hora, puedes proponerte dejar de “hacer” cosas a las 19 h. o a las 21 h. según tu horario de trabajo, tus compromisos en casa y la hora en que te conviene ir a la cama para dormir suficiente.
A partir de la hora que te hayas marcado, ya no mires el correo, ni el smartphone, ni nada que implique esfuerzo o estrés mental. Calcula el tiempo para que dejes todas estas tareas al menos una hora antes de irte a dormir.
¿Y qué ocurre con lo que no te dé tiempo a hacer? Seguro que no pasa nada por dejarlo para otro momento, el día siguiente o el fin de semana.
Al principio puede que te cueste “no hacer nada” pero créeme que es sumamente sanador para tu mente, tu cuerpo y tu salud.
No te pongas más cosas para hacer en un día de las que sea posible realizar con calma. Solemos subestimar el tiempo que vamos a tardar en hacer las cosas y pensamos que somos “multifunción” o “todopoderosos” y conseguiremos resolverlo todo. Pero no es así, hay que dejar espacios en blanco también para no estresar a nuestro cerebro y nuestro sistema nervioso. Date cuenta del tiempo real del que dispones y ajusta las tareas a realizar según tu disponibilidad.
Antes de conocer el mindfulness solía anotar listas interminables de “quehaceres” y nunca me daba tiempo a terminarlo todo. Esto me generaba frustración. Ahora intento anotar un listado de cosas razonables para hacer en un día y dejo espacios libres para imprevistos. ¿Qué hago con lo que no me da tiempo? Pues se queda para otro momento. Hago menos cosas en mi día, pero las hago mejor y de forma más consciente, lo que me reporta mejores resultados y satisfacción.
Puedes probar una semana a ponerte el horario de “parar tu propio reto”. Por ejemplo, a partir de las 20 h. no contesto whatsapp o no atiendo más tareas (salvo algo grave o imprevisto, claro)  Verás como funciona y te apuntas al ejercicio más semanas. 
Haz lo mismo por la mañana, si te levantas, por ejemplo a las 7, deja una hora libre sin el móvil, sin mensajes ni tareas que no sean las que tú has decidido cómo: asearse, desayunar, meditar, leer, hacer ejercicio… Sea cual sea la rutina de tu mañana, haz que no te resulte estresante y que nada la perturbe hasta la hora que te hayas marcado. Si no puedes reservarte una hora, hazlo 30 o 40 minutos, el tiempo que puedas, pero dedícate un espacio personal sin “retos” o tareas pesadas.
Hace unos años tenía un grupo de whatsapp en el que solíamos hablar hasta muy tarde de temas de trabajo. Normalmente lo que hacíamos era quejarnos, hablar del trabajo pendiente, etc. Esto hacía que aumentase el estrés del grupo y no pudiésemos desconectar. Yo, a veces, incluso contestaba desde la cama. Un día, una de las personas del grupo, expuso de forma educada que ella por la noche no iba a contestar a este grupo, salvo que fuese algo realmente urgente, en cuyo caso nos pedía que la llamásemos por tlf. En ese momento me costó entender su postura. Hoy día, me parece una decisión muy sabia.
¿De qué sirve estar quejándose y dar vueltas a lo mismo a unas horas en las que ya no vamos a poder solucionar nada? ¿Por qué amargarnos en el tiempo que tenemos para desconectar y relajar la mente? 
Poco a poco las personas que estábamos en el grupo de whatsapp dejamos de hablar de temas de trabajo a deshoras ¿sabes qué ocurrió en la empresa? ¡Nada! Siguió funcionando perfectamente sin esos mensajes nocturnos. En cambio, a nivel personal ganamos mucho: tiempo, tranquilidad y energía.
Hablar de temas que no se pueden resolver a última hora de la noche, solo sirve para dejarnos intranquilos y que conciliemos mal el sueño. La mayoría de temas pueden esperar perfectamente al día siguiente, cuando se hablan y se resuelven con la mente más lúcida.
Ocurre lo mismo con tu propia autoexigencia, está bien querer tener una casa ordenada, toda la colada limpia, etc. Pero si esto te va a suponer no poder descansar ni dedicarte un momento para ti, entonces se convierte en una carga pesada y tienes que aprender a dosificar tus tareas y a parar. Quizá necesites ayuda de otro miembro de la familia o de alguna otra persona, quizá puedas buscar la manera de tener menos “retos” por hacer. 
¿Qué opinas? ¿Eres de los que “paran el reto” o de los que continúan con el smartphone desde la cama?
Un abrazo,
Sara.

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