"La meditación con atención al cuerpo nos conecta con el presente, permitiéndonos explorar la sabiduría que yace en cada sensación, respiración y latido del corazón."
La concentración y la meditación en la tradición oriental a menudo se enfocan en puntos específicos del cuerpo para ayudar a calmar la mente y mejorar la atención. Aunque hay varias técnicas de meditación en diferentes tradiciones orientales, aquí te mencionaré tres puntos de concentración corporal comunes:
El Tercer Ojo (Ajna Chakra): Este punto se encuentra en el espacio entre las cejas, en la frente, justo encima del puente de la nariz. En la tradición hindú y budista, se cree que el tercer ojo es el centro de la intuición y la sabiduría. Al enfocarte en este punto durante la meditación, puedes buscar claridad mental y aumentar la percepción interior.
Localiza el ojo de la contemplación:
– Cierra los ojos y enfócate en un punto justo en el centro de tu frente y un poco por encima del entrecejo.
– Céntrate en este punto durante unos segundos para poder localizarlo más adelante en tus prácticas meditativas.
– Este punto se utiliza como forma de enfocar la atención cuando nos distraemos.
El Centro del Corazón (Anahata Chakra): Este punto se localiza en el centro del pecho, en el área del corazón. En muchas tradiciones, el corazón es considerado el centro de las emociones y el amor incondicional. Al concentrarte en este punto, puedes cultivar sentimientos de compasión, gratitud y amor hacia uno mismo y hacia los demás.
El corazón es el punto en el que confluye lo existencial con lo esencial y se une lo finito con lo infinito. A través del corazón vivimos plenamente nuestra condición como seres humanos en el mundo.
«Cuando te sientas recto pero relajado en postura de meditación, tu corazón está desnudo. Todo tu ser se halla expuesto, en primer lugar a ti mismo, pero también a los demás. De modo que, a través de la práctica de sentarse quieto y seguir tu respiración a medida que sale y se disuelve, estás conectando con tu corazón».
Chogyam Trungpa Rinpoche
El Hara: «Hara» es una palabra japonesa, que simboliza el centro de fuerza física y espiritual. En la tradición japonesa, se le llama el «centro de energía» o el «centro de gravedad» del cuerpo.
“Hara” significa literalmente «cultivo de la vida» o «centro vital». Es nuestro centro de gravedad, pero considerado en un sentido mucho más amplio. Hara es el punto de equilibrio de nuestra vida física, mental, emocional y espiritual. Cuando se dice que alguien está centrado, equilibrado y enfocado, está en contacto con su hara.
En oriente el hara es el centro del YO, la raíz espiritual de la vida. Se utiliza como centro en todo tipo de disciplinas, desde artes marciales, culturales y ritos hasta las prácticas espirituales.
En el hara se cultiva la paz y el equilibrio.
«No se puede ser una persona completa mientras el yo esté determinado por el mundo exterior y no sea el SER quien lo mueva»
Karlfriel GrafDurkheim de su libro «Hara centro vital del hombre»
El hara se sitúa unos 3 cm por debajo del ombligo y unos dos dedos hacia dentro, entre la segunda y la tercera vértebra lumbar.
En el hinduismo el hara es el segundo centro energético, conocido como chakra plexo-sacro o svadhishthana (que significa: «la base de uno mismo»).
Este es el punto de transformación y acumulación de energía más relevante de las disciplinas de la tradición oriental. Centrarnos en este punto nos puede ayudar a estabilizar las emociones y a adquirir fortaleza mental y confianza en la postura. Al enfocarnos en el hara durante la meditación, podemos sentir más equilibrio y en contacto con tu fuerza interior.
Para centrarte en este punto energético piensa en este «mar de energía» que tienes en tu interior. Visualízalo como un punto estable dentro de ti que te aporta confia
Estos son solo tres puntos de concentración corporal utilizados en la meditación oriental, y hay muchas otras técnicas y enfoques disponibles. La elección del punto de concentración puede depender de la tradición específica de meditación que estés siguiendo y de tus propias preferencias personales. Lo más importante es encontrar un punto de enfoque que te ayude a calmar la mente y profundizar en tu práctica meditativa.