CÓMO PRACTICAR MINDFULNESS CON MANDALAS

Conoce el origen y significado de estos dibujos ancestrales y los beneficios de colorearlos

Los mandalas son dibujos cargados de energía y simbolismo. Son originarios de la cultura hindú y su nombre, traducido del sánscrito, significa “círculo” o “totalidad». 
Colorear mandalas es una actividad relajante que favorece la concentración, la calma y la serenidad, despertando tu creatividad e intuición. Permite mantener nuestra mente enfocada y mejora el autoconocimiento, algo imprescindible para el crecimiento y la mejora personal.
“ El mundo entero rodea al ser humano como un círculo rodea a su punto. Y la sabiduría, celeste o terrestre, solo puede ser adquirida por la naturaleza activa del centro y el círculo”  Paracelso 
A lo largo de la historia humana y en diversas culturas, el círculo ha sido considerado un símbolo que representa la idea de lo eterno, la totalidad, unidad y protección.
Las formas geométricas y repetitivas de los mandalas nos transmiten sensación de estabilidad y equilibrio. Por esta razón, pintar mandalas es una actividad que nos ayudará a recuperar nuestra armonía innata, estabilidad emocional y a potenciar la creatividad. 
Actualmente, junto a sus múltiples beneficios como forma de relajación y en el campo de la meditación, también están siendo empleados en todo tipo de objetos decorativos, tanto dentro del hogar como de uso personal.

El origen del mandala

El dibujo y creación de mandalas, forma parte de diferentes culturas milenarias. 
– Mandalas tibetanos: se realizan en arena, con dibujos concéntricos y equilibrados. Simbolizan unidad y armonía.
– Mandalas hinduistas: su simbología representa el universo. Se utilizan como forma de  meditación para aportar orden y armonía dentro de un mundo caótico. 
-Cultura egipcia: era común colocar mandalas en las casas para favorecer la armonía del hogar y la energía positiva. 
– China: en este país eran considerados una forma de atraer la prosperidad y la abundancia. 
– Cultura azteca: eran utilizados como representación del cosmos y el universo. El calendario azteca es considerado un mandala creado para centrar la atención y la conciencia de la persona que lo observe.  
– Cristianismo: se pueden observar formas de mandala en las catedrales góticas, donde los rosetones se convierten en punto energético de observación.

Evolución del uso de los mandalas en occidente

Se considera a Carl Jung “El padre del mandala moderno”. Carl Gustave Jung vivió entre 1875 y 1961 y fue un gran psicoanalista y pensador suizo. Introdujo el trabajo con mandalas como terapia consigo mismo y con sus pacientes. Los consideró una representación del “yo inconsciente”. Llegó a la conclusión de que con la práctica de crear y colorear mandalas se puede acceder a las emociones más profundas y que esto favorece el crecimiento espiritual y psicológico.
Su primer mandala lo dibujó en 1916, durante la primera guerra mundial, siendo comandante de un campo de prisioneros en Suiza. Tras notar los grandes beneficios y el efecto terapéutico que esto producía en él mismo, comenzó a aplicar la técnica con sus pacientes. Según sus hallazgos, al trabajar en el proceso de creación de un mandala se realiza un proceso autocurativo. Los mandalas, según Jung, tienen el poder de equilibrar la salud mental desde el interior. 
«Los mandalas están todos basados en la cuadratura del círculo. Su motivo básico es la premonición de un centro de la personalidad, una especie de punto central dentro de la psique, con el que todo está relacionado, mediante el cual todo está ordenado y que es en sí mismo una fuente de energía”. Carl Jung

¿Cómo se utilizan los mandalas hoy en la actualidad?

Trabajar con mandalas resulta por un lado un pasatiempo muy agradable y al mismo tiempo sirven como método de “higiene mental”. Algunas de las habilidades y destrezas que se desarrollan al trabajar con ellos son: paciencia, imaginación, creatividad, pulso y precisión, ejercitación de la motricidad fina, conexión mente-cuerpo. 
Son muy útiles como forma de rebajar el estrés y la ansiedad y también para alcanzar un estado meditativo. Muchas personas los utilizan sencillamente como relajación, y esto es perfectamente válido, en el mundo actual es importante realizar actividades que calmen nuestra agitada mente. 
El proceso de decorar y colorear mandalas requiere concentración y reflexión, así que se utilizan también como terapia para lograr un estado mental saludable. Su creación genera un equilibrio mental que rápidamente se traslada a otros ámbitos de la vida. 

Beneficios de colorear mandalas:

Se les llama “medicina para el alma” y son una de las técnicas más utilizadas en arteterapia por su gran efectividad y al mismo tiempo sencillez de ejecución. 
Estos son algunos de los principales beneficios que aporta su elaboración:
1.- Reducción del estrés y la ansiedad. Dibujar en general resulta relajante, pero el estado de calma que se obtiene con los mandalas es superior a otras técnicas de dibujo debido a sus patrones geométricos y equilibrados.
2.- Favorece la creatividad. Su creación no produce ningún tipo de tensión, el mandala se colorea como cada uno desea, lo que hace que la creatividad fluya sin ningún tipo de presión.  
3.- Mejora nuestro cerebro. Al colorear un mandala tenemos que coordinar la psicomotricidad fina de nuestras manos con las órdenes del cerebro, esto hace que conectemos los dos hemisferios del cerebro y se estimulen las funciones cognitivas.
4.- Conexión con la imaginación y la diversión. Conectar con la imaginación infantil y la forma de divertirnos en la infancia nos permite recuperar la alegría y la ilusión, algo que nos ayuda a afrontar las situaciones de la vida desde diferentes perspectivas.
5.- Mejora la concentración. Centrar la atención en la tarea de colorear permite al cerebro un punto de foco. La concentración que se ejercita con esta técnica puede luego emplearse en otros aspectos de la vida.
6.- Práctica de atención plena. Con la creación de mandalas se trabaja la atención plena lo que permite llevar al cerebro a un estado meditativo, donde se aquieta la mente y el cuerpo. Es una técnica estupenda para acercar la meditación a personas a las que les cuesta realizarla de manera tradicional. Colorear sus formas se puede convertir en una meditación activa,  en la que trabajamos con las manos mientras la mente accede a un estado de introspección.
7.- Cromoterapia. Los colores influyen sobre nuestro organismo y nuestra mente, por tanto, las combinaciones de colores que hacemos, nos servirán para expresarnos de una manera diferente o como forma de autoconocimiento.
8.- Mejora la gestión de emociones y favorece la autoestima y la confianza. Muchas veces no podemos expresar con palabras lo que sentimos. Colorear mandalas va a permitir que expresemos nuestras emociones, aunque sea de forma abstracta y las canalicemos de manera sosegada. 
9.- Ayudan a desarrollar la paciencia,  la perseverancia y la constancia. Se trata de colorear pequeños espacios y hacerlo de manera consciente y con calma, sin duda hay que aplicar la perseverancia.
10.- Rompen la rutina y la monotonía. Permite experimentar el mundo de otra manera. Muchas veces llevamos vidas repetitivas y trabajos que no nos satisfacen. Los mandalas pueden aportar un punto de diversión y entretenimiento muy satisfactorio.

Los mandalas y el mindfulness

Como hemos visto, el trabajo con mandalas es una forma de practicar mindfulness, así que estaremos cultivando diferentes cualidades y al mismo tiempo favoreciendo nuestro crecimiento personal. Vamos a profundizar en tres beneficios que podemos obtener al colorear mandalas y que están relacionados con el mindfulness.

Reducir el estrés y la ansiedad con mindfulness

El estrés y la ansiedad están a la orden del día, debido principalmente a la vida ajetreada y llena de ocupaciones que llevamos. Vivir constantemente pensando en problemas del pasado o anticipándonos a posibles dificultades del futuro hace que estemos en un estado de tensión permanente. 
Para calmar nuestra mente una de las mejores técnicas es el mindfulness. El ejercicio del mindfulness consiste en centrar la atención en lo que estamos haciendo en cada momento, sin dejar que nuestra mente derive por otros caminos. Se trata de conectar con el ahora, de sentirlo y vivirlo en lugar de únicamente pensarlo. Para centrar la mente en el ahora, nada mejor que una tarea divertida y relajante como es colorear un mandala.

Conexión interior y autoconocimiento

La meditación es una forma de conectar cuerpo y mente y llegar a un autoconocimiento profundo. El autoconocimiento nos permite darnos cuenta de cuando estamos entrando en un bucle de pensamientos que no nos conviene. También nos permite tomar mejores decisiones en nuestra vida. Colorear un mandala es concederse un momento de introspección, algo que suele escasear en las vidas llenas de estímulos que llevamos. Es un momento de parar y dedicarnos tiempo de calidad. Cuando dejamos que aflore nuestra sabiduría interna nos resulta más fácil orientar nuestras decisiones.

Trabajar la aceptación y el desapego

Aceptación y desapego son dos conceptos importantes en la práctica de mindfulness.
La aceptación nos habla de una capacidad para convivir con las dificultades sin que éstas se conviertan en un obstáculo insuperable. Aceptación no es resignación. Es más bien observar lo que nos pasa sin juzgar, sin oponer resistencia. En cada momento somos libres de elegir enfadarnos, gritar, llorar, reír. Con mindfulness evitamos la reacción automática a los hechos, nos permitimos sentir las emociones pero no nos dejamos “atrapar” por ellas.
Algo curioso de los mandalas budistas es que se realizan con arena pintada de colores llamativos. Una vez que el trabajo está terminado, se dedica un tiempo a la contemplación, pero después, por muy laborioso que haya sido, se destruye. ¿Por qué? Se hace como recordatorio de que lo importante es el proceso, no el resultado final. Esto incentiva el desapego por las cosas materiales y fomenta el aprendizaje de que el proceso es más importante que el resultado en sí. Lo importante es el camino, no la meta. Si quieres trabajar el desapego, puedes probar a destruir tu mandala una vez que lo hayas utilizado para su contemplación.
Si aún no lo has hecho:  ¡Introduce los mandalas en tu vida!
Ya sea para aliviar el estrés de tu día a día coloreando, como forma de meditación y autoconocimiento o simplemente, dejando tu mente libre mientras los observas, la introducción de los mandalas en tu vida es, sin duda, una gran elección.
Además,  podrás utilizarlos para decorar tu hogar y también puedes regalarlos. Cada mandala es único e irrepetible, si lo regalas estás entregando un trocito de ti y de tu forma de ver el mundo.  Es un regalo muy personal y, aunque quien lo reciba no conozca su significado, seguro que valora el trabajo realizado.
Sara Merino

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